Biografía personal

«La primaria la cursé en la escuela N° 6 Capitán de Fragata C. M. Moyano. Mis padres esperaban mucho de mí. Y decidieron mandarme a una muy buena escuela secundaria: el Colegio Nacional de Buenos Aires.»

Orígenes

Mi papá nació en una familia muy pobre y a los 13 años, cuando terminó la primaria, su destino, como el de tantos chicos, era salir a trabajar para ayudar económicamente a su familia. Una maestra logró convencer a mis abuelos para que le permitieran seguir la secundaria. Pero había un obstáculo: mi papá tenía que trabajar durante el día, y al ser menor de edad, necesitaba un permiso especial para estudiar de noche.

Siempre cuenta, muy emocionado, que de pantalones cortos y saco, fue al Ministerio de Educación. Allí, le firmaron una excepción para que, a pesar de su edad, pudiera cursar en la escuela nocturna. Siempre pienso que si mi padre no hubiera podido estudiar, quizás yo tampoco lo hubiera hecho. Esta historia personal da cuenta del valor que la educación ha tenido y sigue teniendo en nuestro país como factor de progreso.

 

Infancia y adolescencia

La primaria la cursé en la escuela N° 6 «Capitán de Fragata C. M. Moyano». Mis padres esperaban mucho de mí. Y decidieron mandarme a una muy buena escuela secundaria: el Colegio Nacional de Buenos Aires. Allí tuve profesores muy exigentes que amaban sus materias y que lograron interesarme por los más variados temas. Pusieron a mi alcance literatura argentina y universal, avances científicos, interpretaciones para comprender el mundo en el que vivíamos, herramientas para cuestionarlo, para pensar alternativas. De la secundaria guardo los mejores recuerdos y también los más difíciles: el primer amor, las charlas con mis amigas, los bailes, los recitales, pero también una vida cotidiana muy afectada por la más feroz dictadura que vivimos los argentinos.

 

Juventud

Cuando en 1981 egresé de la escuela secundaria, sabía que quería ser maestra. Me anoté en el profesorado del Normal N° 10 y a la vez empecé a cursar la carrera de Ciencias de la Educación en la Universidad de Buenos Aires. Con la recuperación democrática muchos profesores volvieron a las facultades, se renovaron los planes de estudio y varios estudiantes decidimos recursar algunas materias para aprender con los nuevos contenidos. Me gradué a los 23 años y obtuve una beca del CONICET que me permitió continuar con mis estudios de posgrado. Tres años después había completado una maestría en Ciencias Sociales y publicado mi primer libro. Continué mi doctorado con una corta estancia en Alemania, becada por el Georg Eckert Institute, y pasé dos años en el Instituto de Estudios del Lenguaje de la Universidad de Campinas, Brasil.

 

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